Tuve una experiencia maravillosa en este encantador hotel, ubicado justo en el centro del pueblo antiguo y rodeado de las impresionantes vistas del valle. Desde aquí, pude disfrutar fácilmente de todo lo que el pueblo tiene para ofrecer, desde sus hermosas calles empedradas hasta sus boutiques y galerías de arte. La habitación que reservé era una Junior Suite Village, amplia y decorada con un encanto rústico que me hizo sentir como en un cuento. El desayuno en la terraza fue un verdadero deleite, con una selección de productos frescos y deliciosos croissants que disfruté mientras contemplaba el paisaje.

El acceso en coche puede ser complicado con las calles estrechas del pueblo, lo que podría ser un inconveniente para algunos.

Te cuento todo en pocas palabras

La estancia fue encantadora, destacando la hermosa decoración y las confortables camas. Sin embargo, el desayuno dejó mucho que desear con tiempos de espera largos y calidad de la comida subóptima. A pesar de ello, la atención del personal es agradable pero inconsistente, y el acceso al hotel es complicado debido a las calles estrechas.

La habitación era encantadora y tenía

una decoración exquisita que combinaba arte y antigüedad. La atención al cliente fue excepcional, siempre ofreciendo ayuda. Sin embargo, el acceso en coche es un poco complicado debido a las calles estrechas del pueblo, lo que puede ser frustrante al llegar.

El hotel ofrece un ambiente artístico y cultural único.

Lamentablemente, nuestra experiencia se vio empañada por algunos inconvenientes. El acceso al pueblo es complicado debido a las calles estrechas, y eso nos causó frustración al llegar. Además, el servicio al cliente, aunque amable, no estuvo a la altura. hubo problemas con la organización y tardanza en las respuestas que hicieron nuestra estancia un poco más estresante de lo que esperábamos.

recomendaría este lugar for una pausa de fin de semana

Encantadora habitación, espléndido desayuno, la habitación que disfrutamos era amplia y cuidada con vistas al encantador pueblo, y el desayuno en la terraza fue un deleite, con una variedad deliciosa que te invita a relajarte mientras saboreas cada bocado.

Todo ha sido ideal

la habitación tenía unas vistas impresionantes del valle y una decoración encantadora. el personal estaba un poco confundido.

La habitación más espaciosa

Despertar con vistas increíbles del valle y explorar el encantador pueblo. La decoración elegante y la ubicación tranquila fueron un verdadero regalo. Descubrimos joyas culinarias recomendadas por el hotel.

El servicio no estuvo a la altura, con demoras en el desayuno y un personal que parecía confundido. La organización podría mejorar, especialmente en momentos de mucha demanda.

Una joya en el pueblo

La habitación era súper acogedora, y los sabores del desayuno eran para morirse. El personal fue muy atento, siempre con una sonrisa. Pero llegar al hotel fue algo complicado con esas calles estrechas. Aun así, las vistas desde la terraza hacen que valga la pena.

Disfruté del delicioso desayuno en la terraza, destacando la bollería que era simplemente espectacular. Las habitaciones son encantadoras, con una atención al detalle notable. Sin embargo, las calles estrechas del pueblo pueden complicar un poco el acceso al hotel.

La habitación era cómoda, con camas amplias y un baño bien equipado. Las vistas del valle eran impresionantes, y la decoración tenía ese toque chic y antiguo. Además, la limpieza era excelente. Lo único un poco incómodo fue que el acceso en coche es un poco complicado por las calles estrechas del pueblo, pero el personal se encargó del equipaje sin problemas.

El desayuno en la terraza fue como un festival de sabores, con croissants tan frescos que parecían bailando en mi plato. Las habitaciones, amplias y decoradas con un estilo encantador, te hacen sentir como si estuvieras en una película romántica. Las vistas del valle son sencillamente impresionantes, como si la naturaleza hubiera pintado un cuadro solo para los huéspedes.

Acceso complicado

Impecablemente cuidado y atención excepcional con un toque de elegancia tradicional.

visitar este hotel superó nuestras expectativas en san valentín. el desayuno en la terraza, con sus vistas panorámicas increíbles, fue un lujo. la decoración y la atmósfera del lugar eran fascinantes, recordándonos la elegancia de nuestro primer viaje a saint-paul-de-vence.

no había restaurante para cenar.